A las afueras de Castellón de la Plana, rodeada de tranquilidad y naturaleza, se alza la Basílica de la Mare de Déu del Lledó, un lugar donde la fe, la historia y la devoción se encuentran. Dedicada a la patrona de la ciudad, esta basílica es mucho más que un templo: es un símbolo de identidad y un refugio de paz para quienes la visitan.

El origen de la devoción se remonta al siglo XIV, cuando, según la tradición, un labrador encontró una pequeña imagen de la Virgen entre los sembrados de lledoners (almez). Desde entonces, la Virgen del Lledó se convirtió en protectora de Castellón y su culto ha ido creciendo hasta convertirse en el más entrañable de la ciudad.

La actual basílica, de estilo neoclásico con toques barrocos, sorprende por la luminosidad de su interior, el equilibrio de sus formas y la belleza de su altar mayor, donde se venera la imagen de la patrona. Cada rincón transmite recogimiento y espiritualidad, invitando a detenerse, contemplar y sentir.

👉 Visitar la Basílica del Lledó es adentrarse en el alma de Castellón: un lugar donde la devoción, la historia y la belleza arquitectónica se unen para emocionar a cada visitante. Más información: Ermites – Ayuntamiento de Castelló de la Plana

Imagen: Turismo Castellón
Imagen: Turismo Castellón